Fácil,fácil, fácil...
Las sillas de la cocina empezaban a estar un poco viejecillas, el cromado había perdido su aspecto brillante y la tela de los asientos había sufrido ya algunos achaques.
Así que me dije, ¿ por qué comprar sillas nuevas si puedo reciclarlas ?.
Además, mi "vena" creativa hacía días que me pedía un nuevo "reto".
La idea de crear mis sillas originales y únicas en su especie me hacía mucha gracia.
Aún sin ninguna experiencia en este campo, me lancé a la tarea de rediseñar mis nuevas sillas.
Elegir la tela. Fundamental. Pues dependerá de ella el estilo de la silla.
Clásico, rústico, formal, casual, urbano,playero,....no te imaginas cómo puede cambiar una silla dependiendo de cómo la "vistas", bueno a nosotros nos ocurre lo mismo, no?
A mi me encantan los ambientes rústicos y acogedores, por lo que opté por esta tela de cuadros rojos y blancos que me recordaron, en cuanto la vi, a los de un mantel de una pizzería italiana de lo más típica. Tela de Ikea, 6.99€/m.
Pintar el "esqueleto" también tiene su importancia.
Dudé en pintar las patas y el respaldo, que una vez desmontado el asiento se convierte en un sencillo esqueleto, de color rojo, blanco o cromado.
Finalmente me decidí por el cromado mate con el que se da más protagonismo a la tela.
Encontré un spray "dos en uno", es decir, galvaniza y protege al mismo tiempo que pinta, todo un hallazgo, por cierto. ( 5€.aprox. en cualquier tienda de pinturas ). Además seca enseguida.
Manera de hacerlo.
1. Desmontar el asiento y el respaldo.
2. Lijar suavemente el esqueleto para dejarlo uniforme.
3. Cortar y planchar los trozos de tela.
4. Tapizar cada asiento con la ayuda de un grapadora especial para ello.
5. Pulverizar cada esqueleto con el spray de pintura. Pueden darse varias capas.
6. Montar las piezas de nuevo.
Me encantó el resultado, ya no habrán sillas que se me resistan.
Por cierto, para estrenarlas, qué mejor que elaborar una pizza lo más napolitana posible !!
Una idea : tapizarlas con tela tejana procedente de vaqueros que ya no usamos.
